En dos semanas parto a Camp Wandu Extreme en Boquete. Será
una semana de mucho trabajo, diversión, enorme
responsabilidad, crecimiento y mucho aprendizaje. Esta será mi tercera
temporada de coordinadora Wandú, mi sexto año siendo Staff de camp y mi décima
vez empacando maletas para camp.
La primera vez que fui a campo de verano tenía doce años. Mi
papá (creo) se inventó una reunión para poder llevarme hasta Costa Rica donde
estaría dos semanas desconectada de mi cotidianidad, sin saber de mis padres,
sin conocer a absolutamente nadie. Mi mamá había escuchado acerca de Kajuyali a
través de una amiga que envió a sus hijos, era un camp colombiano y yo –siendo colombiana
criada en el exterior- añoraba un contacto con mi país. Fue una experiencia que
cambió mi vida. No puedo en este momento mirar hacia atrás y decir “asi era
antes de ir a camp, asi fue después”. Creo que mi mamá y papá pueden decir más
exacto los cambios que ellos vieron. Para mí, el cambio fue gradual, en dos
semanas se fueron volviendo parte de mí y los volví parte de mi “yo”. Enfrentar
miedos, obligarme a salir de mi pena, hacer amistades, bailar sin importar lo
que digan, hacer malabares, reír, divertirme, agradecer lo que tengo, ser
responsable, y la lista puede seguir. En el 2003 y 2004 regresé como camper a
Kajuyali en Costa Rica. En el 2005 pude trabajar como CIT, un sueño que desde
que fui por primera vez tenia pues quería entender y ser como esos counselors
que hicieron de mi experiencia algo tan especial.
En la actualidad creo que todos los niños de 12 años tienen
un Smartphone, están permanentemente conectados a redes sociales, viendo
cuantos likes, comentarios o reposts tienen sus publicaciones. Hoy, les importa
más lo que diga una pantalla que lo que dicen los padres o adultos a su
alrededor. Hoy, no saben llegar a algun lugar sin preguntarle a google maps, no
se les ocurre pensar en el significado de una palabra “si puedo buscarlo en
google.” No digo que la tecnología sea el cuco, que no trae bien, o que no la
uso. Si, yo ando mega conectada –mas de lo que desearía a veces- pero con mucho
orgullo puedo decir que mi adolescencia no fue basada en las redes sociales.
Ahora, que tiene que ver ir a camp con todo esto? En campamento no tienes
celulares, ni computadores, ni ipads, lo mas que vas a utilizar de tecnología es
tu linterna el día de camping y si hay luna llena ni la necesitas.
Ir a campamento te obliga a encontrarte despojada de tu confort,
a compartir tu día con otras personas, a hablar a la hora del almuerzo, a no
poner los codos en la mesa y comer con la boca cerrada, a apreciar la comida
que te sirves, a agradecer por la tierra, el mar/lago y las plantas que
permiten que tus aventuras diarias sean lo que son.
Para mí, estar en campamento de pequeña me dio valores y
modelos a seguir – esos counselors que me parecían tan grandes y sabios (aunque
tuviesen 19-23 años) y me dije “yo quiero ser asi! Sonreído, alegre, valiente,
diferente, seguro, creativo, divertido, amoroso.” Me enseño a apreciar el mundo que me rodeaba,
a cuidar los mares para poder hacer snorkeling y kayak, a entender sobre la
naturaleza para poder hacer mi camping, aprendí sobre árboles y me trepe a
hacer canopy en ellos. Crecí.
Ahora, más de diez años (uy, casi 15!) después de ir a mi
primer camp puedo decir que mi vida no sería la misma sin esa experiencia. Hoy
vivó feliz enseñando, sea a niños en una guardería, a campers en camp, a mi
staff de camp o a clientes en un gimnasio…soy feliz ayudando a los demás a
superarse, me llena enormemente ver a las personas retarse y lograr su meta o
caerse en el camino pero levantarse nuevamente y poder ser parte de ese
proceso.
Si eres un niño o adolescente pensando en ir a camp – HAZLO!
Si, da miedo no conocer a nadie pero ese miedo dura probablemente el recorrido
hasta la sede…ya ahí no habrá extraños, serán conocidos, y esa noche ya serán “pasieros”
y te aseguro que en tres días serán tus amigos y a las dos semanas tendras un
par que serán tus amigos de vida. Aprenderás y te sorprenderás, quizá llores un
poco pero probablemente sean lágrimas de tristeza al terminar el camp. Vale la
pena, créeme. Y quién sabe? Quizá en unos años serás tu coordinador?
Si eres papá/mamá pensando en enviar a tu hij@ a camp, que
estas esperando? No hay mejor regalo que le puedas hacer y su transformación te
transformará a ti. Eso si, esas dos semanas sin contacto serán más difíciles para
ti que para tu hij@...el/ella estará divirtiéndose.
Camp Wandu Extreme 25-31 enero
Camp Wandu 1-13 febrero