27 septiembre
Ayer por la tarde llegue a Inhambane, Mozambique a bordo de
un avioncito de 40 personas…claramente estaba nerviosa y obviamente bajando
hubo muchas “caídas” cortas y el aterrizaje no fue lo máximo, pero
bueno…llegue!
El aeropuerto me acordó como al de Bocas del Toro pero aun
mas pequeño hice fila y me toco esperar junto a otros para que pasaran todos
los pasajeros y nos pudiesen atender para darnos la visa de entrada. Una media
hora y $85 después, tada! Tengo visa para Mozambique!
Afuera me esta esperando Andreas… (el nombre es mas largo
pero no me lo aprendí bien) para llevarme al hotel, paramos en un cajero porque
por acá solo hay uno como 2km y
acepta únicamente visa. Para los que no saben, acá hablan portugués como lengua
principal así que fui muy feliz ya que por fin pude entender cuando hablaban
entre si las personas. Llegue al hotel, Boomer B&B, que queda sobre una callecita de
arena como a 2 cuadras de la playa. Es una casa sobre una loma asi que tiene
vista al mar. Mi cuarto es el primer cuarto, en el primer piso, con 2 camas
dobles y una sencilla y 2 baños completos (como para hacer fiesta!), el segundo
piso son cuartos y el tercer piso es la cocina/comedor/terraza/sala (donde
estoy en este momento escribiendo esto mientras disfruto de la brisa fresca).
Desde la terraza se ve el mar al fondo y se alcanzan a ver las ballenas
jorobadas brincando y salpicando ya que están de paso por acá en este momento
del año.
Salí del hotel al centro de buceo, Peri Peri Divers, y entre
al tiempo con un grupo de 4 israelíes que también estaban en el avión conmigo y
que también organizaron su viaje con Janeen, de Shark Alley (South Africa).
Programamos nuestro buceo para el dia siguiente, un buceo de profanidad y hay
que estar reunidos a las 7am. Perfecto.
De ahí salimos a caminar, buscamos donde almorzar ya muertos
del hambre, después seguimos caminando, terminamos en otro hotel llamado Barrys
ya que el dueño estaba hablando con Nick (dueño de Peri Peri Divers) cuando
pasamos y nos contó que teñían waffles con helado y bueno…quien se resiste a
eso? El restaurante esta encima de la playa, los waffles ricos, nos quedamos
hablando un buen rato. Después nos pusimos a hablar con Graham (dueño de Barrys)
y Nick, eventualmente se fueron los israelíes y yo me quede como hasta las 11 y
pico hablando, la verdad es que no me canso de decirlo – los sudafricanos son muy buena gente!
Ah, corto paréntesis – Dos de los de Israel fueron a
Colombia hace años y están fascinados con el país, la gente, mejor dicho…en
verdad enamorados de Colombia. Que rico es ver que la gente quiere tanto
nuestro país y seria bueno que nosotros, los colombianos, nos diéramos cuenta
lo que tenemos y lo aprovecháramos y disfrutáramos mas.
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